INVESTIGACIÓN SOBRE CÓMO MOTIVAR LA PARTICIPACIÓN DE LOS ALUMNOS + MI VERSO EN MATERIA EDUCATIVA

INVESTIGACIÓN SOBRE CÓMO MOTIVAR LA PARTICIPACIÓN DE LOS ALUMNOS

He elegido buscar una investigación o experimento sobre la participación de los alumnos porque creo que uno de los momentos habituales más incómodos de mi paso por la enseñanza como alumna ocurría cuando el profesor intentaba animar explícitamente a que habláramos o participáramos y nadie lo hacía. Como profesora no me gustaría que me pasara. Entonces, me he puesto a bichear por Internet a ver qué encontraba sobre este tema, y me he topado con un estudio de la Revista de Docencia Universitaria (ya sé que es sobre estudiantes universitarios y no de secundaria, pero me parece interesante e igualmente importante porque creo que a los profesores de universidad no se les enseña a ser buenos docentes, por lo menos no en la misma medida que a los de secundaria, y es injusto porque los estudiantes universitarios también son alumnos, y necesitan aprender adecuadamente) que utilizó en su experimento el siguiente método docente para fomentar la participación con alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid: 

1. Al comienzo del curso, durante la presentación de la asignatura, se explica la relevancia de la reflexión crítica y la participación. Particularmente, se ponen textos relacionados con el método docente y se pide a los estudiantes que los critiquen.
2. Antes de las clases se deja en la plataforma virtual el material que se va a comentar, sobre todo los Power Point que se van a utilizar.
3. Mejorar el razonamiento crítico de los estudiantes a través de incentivar su participación en el aula. Durante las clases se hacen preguntas a los alumnos que requieren reflexión y se establecen debates, por ejemplo que argumenten a favor y en contra de la energía nuclear, la solar, los transgénicos, la agricultura ecológica, las presas, los trasvases, la caza, y muchos otros conflictivos entre desarrollo económico y medio ambiente (son temas relacionados con las asignaturas en las que se realizó el experimento: eran alumnos de Geografía y Ordenación del Territorio y de Ciencias Ambientales). Este tipo de participación sirve para la confrontación de argumentos sobre temas que tienen evidentes conexiones prácticas, lo que resulta atractivo para los alumnos. 
4. Valorar en alto grado la participación, entre el 18% y el 15%. Además, los alumnos que superan 10 intervenciones pueden incrementar la nota final hasta un punto por su participación adicional. El que más ha participado obtiene un punto extra y los demás lo que les corresponda de manera proporcional. Se establece que puedan llegar a 10 con relativa facilidad (sobre todo en los grupos pequeños), puesto que cada intervención de interés en clase vale un punto. Para favorecer a los tímidos todos pueden obtener puntos de participación sin hablar en clase, por ejemplo, anotando las contribuciones de los compañeros (este tipo de participación no se tuvo en cuenta en la investigación).
5. Evaluar de manera lo más objetiva posible la participación de los estudiantes. Tres alumnos (dos si el grupo es poco numeroso) anotan en cada clase la participación. Si lo hacen bien (no hay contradicciones llamativas entre las listas) reciben un punto de participación por ello. Se seleccionan los alumnos al azar entre los que son voluntarios y van cambiando en cada clase, de forma que no saben nunca quiénes van a ser. Hay autores que defienden que es mejor no premiar ni castigar con notas los aspectos importantes del aprendizaje, como intervenir en clase. Sin embargo, en las asignaturas analizadas es obligatorio evaluar la participación, porque lo establecen las guías docentes.

Los resultados de este estudio en general son buenos (se midieron a través de encuestas a los alumnos al finalizar la asignatura), pero también tiene su parte negativa: algunos alumnos argumentaron que se perdía mucho tiempo de clase con intervenciones innecesarias o inoportunas solo por participar, y además no había mucho tiempo para responder por lo que las respuestas eran superficiales. Por otro lado, un tercio de los alumnos tímidos hubieran preferido ser preguntados directamente para poder participar, aunque se atentara contra su libertad personal, en vez de anotar las contribuciones de los compañeros. En mi opinión, como alumna tímida, creo que es mejor preguntar directamente aunque te dé mucha vergüenza o te quedes en blanco: solo responde a la pregunta que te han hecho con lo que piensas, brevemente, con respeto y aguantándote los nervios, y si no sabes la respuesta pues admite que no la sabes y así el profesor también podrá ayudarte. Todos tenemos miedo a equivocarnos, pero de los errores se aprende. 

Aquí os dejo el enlace de descarga del estudio completo: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6977314.pdf  

MI VERSO EN MATERIA EDUCATIVA

No puedo saber a estas alturas cuál será mi aportación en materia educativa, pero puedo decir lo que quiero hacer (otra cosa es que al final me salga). Me gustaría ser en el futuro una profe "guay" (se me viene a la cabeza el título del blog de mi compañera Berta), que incorpora elementos de la vida cotidiana de los alumnos a sus clases de Lengua como por ejemplo, dejándoles traer las lecturas que a ellos les gustan; que les deja participar y sugerir actividades, que hace las clases entretenidas mediante el uso adecuado y oportuno del humor y explicando la aplicación práctica y la utilidad de lo que enseña para la vida futura de los alumnos y sobre todo, que da importancia a la parte práctica de la enseñanza. Se me viene a la cabeza proponer talleres de escritura (de lectura también, claro) porque recuerdo que en la ESO yo no tuve ninguno, y a mí que me encanta escribir me gustaría haber podido mejorar mis habilidades, emplear mi creatividad y compartir mis creaciones con mis compañeros (lo cual habría hecho que perdiera poco a poco la vergüenza). Creo que no se le da suficiente importancia a la capacidad de redacción y luego llegamos a la universidad arrastrando esos déficits, sin saber construir frases apropiadamente. Además, por supuesto que estos talleres alimentarían la imaginación y la sensibilidad literaria. No solo basta con concursos de relatos, porque ahí solo participa el que le gusta o se le da bien. Todos tenemos que aprender a escribir bien, aunque luego no seamos unos artistas de las letras.